El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde
El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (en inglés Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde), a veces titulado simplemente El doctor Jekyll y el señor Hyde, es una novela escrita por Robert Louis Stevenson y publicada por primera vez en inglés en 1886, que trata acerca de un abogado, Gabriel John Utterson, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde.
El libro es conocido por ser una representación vívida de un trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí. En psiquiatría, esto hace referencia al trastorno disociativo de la identidad (anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple). No se debe confundir esta psicopatología con el trastorno bipolar, otro desorden psiquiátrico completamente distinto, perteneciente a un grupo de enfermedades mentales conocidas como trastornos del estado de ánimo, en el que se alternan fases de manía con fases de depresión. Fue un éxito inmediato y uno de los más vendidos de Stevenson. Las adaptaciones teatrales comenzaron en Boston y Londres un año después de su publicación y aún hoy continúa inspirando películas e interpretaciones interesantes.
Nos encontramos en el antiguo Londres de finales del siglo XIX.
El señor Utterson, un prestigioso abogado londinense, ha escuchado una historia de su amigo, el señor Enfield, que despierta su curiosidad. Así, Utterson comienza una investigación para averiguar la verdadera identidad de Mr. Hyde, un hombre que se presenta muy unido a un viejo amigo conocido como el doctor Jekyll.
Sus investigaciones llevan a Utterson, en primer lugar, a un testamento escrito por Jekyll, en el que hace propietario, en el caso de su muerte o desaparición, de todos sus bienes a Hyde. Más tarde el abogado mantendrá una conversación con Jekyll, el que le pedirá que se olvide del asunto. Todo cambia cuando Hyde asesina a un respetado parlamentario inglés, sir Danvers Carew, ante un testigo. Mientras Utterson ayuda en la investigación del crimen, Jekyll se vuelve cada vez más solitario y melancólico, y Utterson llega a pensar que el doctor está encubriendo a Hyde.
Llega un momento en que Jekyll se encierra en su laboratorio atenazado por una angustia que nadie comprende. Otro amigo de Utterson, Lanyon, muere de un shock espiritual con el que el señor Jekyll parece estar relacionado. Un día el mayordomo de Jekyll, Poole, pide ayuda a Utterson para tratar con un individuo desconocido que, de alguna forma, ha conseguido entrar en el laboratorio y matar a Jekyll. Ambos descubren que el extraño es Hyde, y cuando consiguen entrar en el laboratorio, encuentran el cadáver de Hyde, que se ha suicidado, mientras que Jekyll no aparece en ninguna parte.
Finalmente, Utterson lee las cartas escritas por Lanyon y la confesión del Dr. Jekyll. La primera revela que Lanyon ha sido testigo de la transformación física de Hyde en Jekyll por medio de un brebaje inventado por este último. Fue el horror ante tal descubrimiento lo que le llevó finalmente a la muerte.
La otra carta es una confesión del propio Jekyll: en su juventud se dio cuenta de que la conciencia de cada ser humano se compone de dos aspectos - el bien y el mal - que están enzarzados en una lucha continua. Siguiendo la hipótesis de que es posible polarizar y separar estos dos componentes del yo, creó una poción y su correspondiente antídoto, que podía transformar a una persona en la encarnación de su parte maléfica, consiguiendo al mismo tiempo depurar el lado bueno. Después de tomar la poción, Jekyll disminuía un tanto su estatura, tomaba un aspecto desagradable para con todos sus semejantes, adquiría la fuerza y la astucia de doce hombres, su naturaleza malvada se volvía dominante, además su inteligencia se hacía extrañamente brillante y sus reflejos extraordinarios; a esta "persona" la llamó Edward Hyde. Inicialmente los efectos de la poción eran temporales y no era necesario el antídoto. Después de unas cuantas transformaciones a Hyde, y viceversa, Jekyll se acostumbró a realizar regularmente la metamorfosis con el fin de poder entregarse a placeres antisociales prohibidos, que nunca se permitiría en la persona de Jekyll. Sin embargo, su parte maléfica se fue haciendo más y más fuerte, rebasando la capacidad de Jekyll para controlarla, necesitando el uso del antídoto para recuperar su forma original. Después del asesinato del parlamentario, Jekyll, horrorizado, decidió dejar de tomar la poción.
Desgraciadamente para el doctor, después de algún tiempo de tranquilidad, las trasformaciones a Hyde se producían espontáneamente, mejorando sus "facultades", y Jekyll sólo podía permanecer de esta forma mientras durasen los efectos, cada vez más debilitados, del antídoto. Finalmente se agotó un ingrediente fundamental del antídoto, una sal que había adquirido inicialmente en gran cantidad. Las nuevas remesas de esta sal ya no producían un antídoto efectivo. Al principio, Jekyll lo atribuyó a impurezas en estas remesas, pero finalmente llegó a la conclusión de que la impureza desconocida se hallaba en el lote inicial, siendo ésta la que otorgaba efectividad a la mezcla, por lo que nunca más podría obtener una poción efectiva, ni su antídoto, y quedaría convertido en su oscuro alter ego Hyde permanentemente.
Análisis
Esta novela se ha convertido en una pieza muy fundamental y muy centrada en el concepto de la cultura occidental del conflicto interior del ser humano entre el bien y el mal. También ha sido considerada como "una de las mejores descripciones del período victoriano por su perforante descripción de la dicotomía fundamental del siglo XIX: Respetabilidad externa y lujuria interna." Y su tendencia a la hipocresía social.
Se han sugerido varias influencias para el interés de Stevenson sobre el estado moral que separa al pecador de su propia moral. Entre ellas se encuentran:
- La figura de William Brodie, aparente modelo de ciudadano del siglo XVIII, rector de una comunidad y concejal del Ayuntamiento. De día era un ejemplo de conducta cívica, pero de noche se convertía en jugador y ladrón y llegaba a cometer hurtos sin despertar las sospechas de nadie. Ni siquiera estaban enteradas sus dos amantes, con quienes tuvo cinco hijos.
- La novela Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado de James Hogg, en la que un hombre es animado al crimen por otro hombre que resulta ser el diablo.
Los géneros literarios que los críticos han utilizado para calificar la novela incluyen: la alegoría religiosa, la fábula, la novela policíaca, literatura de doppelgänger, cuentos diabólicos escoceses o la novela gótica. Se discute si es un relato de ciencia ficción, debido a que la transformación se produce por la alteración de las sales de la poción.
Stevenson nunca llega a decir cuáles son exactamente los placeres que Hyde obtiene en sus incursiones, limitándose a decir que se trata de algo de una naturaleza mala, lujuriosa y aborrecible para la moral religiosa victoriana. Sin embargo, varios científicos a finales del siglo XIX, desde la perspectiva del darwinismo social también empezaban a estudiar otras supuestas influencias “biológicas” en la moral humana incluyendo: alcoholismo, drogadicción, homosexualidad, desórdenes de personalidad múltiple y atavismos.
La división interior de Jekyll ha sido vista por algunos críticos como análoga a cismas que existen en la sociedad británica. Las divisiones incluyen las divisiones sociales de la clase, las divisiones políticas entre Irlanda e Inglaterra, y las divisiones entre fuerzas religiosas y seculares.
Es importante, por otra parte, que casi nunca se ha destacado el parentesco entre el asunto central del relato y las posteriores doctrinas freudianas sobre el desdoblamiento del "ello", sobrecargado de pulsiones sexuales y agresivas desbocadas, y el débil "yo", de estructura endeble, ante el mismo. La asociación, para el conocedor del psicoanálisis, es casi inevitable. Así, deslumbra que la narración de Stevenson, en el plano de la ficción, se haya anticipado, a grandes rasgos, a la topología del psiquismo, que Freud describiera dos décadas después.
Lo deslumbrante, desconcertante, del relato de Stevenson, es que la historia de estos dobles inquietantes, constituye, a grandes rasgos -como anticipamos- un adelanto de lo que Freud presentó como modelo del psiquismo dos décadas después. Pero no es ésta la única razón para leer y analizar la novela, también impresionan en gran medida, las descripciones de Londres, de su atmósfera sobrecargada. La confusión casi laberíntica por las callejas en que se esfuma Mr. Hyde cuando -a hurtadillas- penetra por la misteriosa puerta de la casona. En tal panorama se difuminan los contornos de los objetos habituales cuando la niebla se arrastra por los tenebrosos callejones y solamente las hieráticas farolas de gas ofrecen su pálida y macilenta luz.
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