miércoles, 5 de febrero de 2014

El glifosato, sus efectos y la necesidad de un debate a fondo


El glifosato, sus efectos y la necesidad de un debate a fondo

Publicado en DIARIO UNO de Santa Fe


Los aeroaplicadores dijeron que se debe difundir más información y que no hay estudios que certifiquen problemas en la salud por ese herbicida. Aseguran que no defienden a ese producto

A partir del lugar que ganaron en los medios de comunicación las denuncias de vecinos sobre los peligros del glifosato y las aspersiones que se realizan en zonas cercanas a las ciudades se abrió una polémica sobre el modelo de producción a nivel nacional y sus consecuencias.

Los aeroaplicadores Darío Bolatti y Mauricio Fargioni, miembros de la Cámara Agroaérea de la provincia de Santa Fe dialogaron con Diario UNO sobre el tema. "Necesitamos que haya un debate positivo, que haya más información", dijo Bolatti.

En ese sentido, aseguró que el problema excede al producto y que parece haber de fondo una cuestión política. "El tema del glifosato es un problema que se extralimita a lo que es el producto en sí. Acá, en el último año, se demonizó a la soja. Inclusive la diputada provincial (Claudia) Saldaña dice en su proyecto de ley (para prohibir el uso del glifosato en Santa Fe) que en 1974 se producían 370 mil hectáreas de soja y hoy son 15 millones. En realidad, el glifosato se utiliza para muchas otras cosas en el sector agropecuario. En ningún lugar del mundo hay una información científica que diga qué es lo que produce el glifosato. Sí sabemos que cuando toca la tierra se desactiva, como no pasa con productos hormonales. Hoy se está actuando contra una empresa en particular que es Monsanto. Hoy el problema no es el glifosato, sino la siembra de soja o el productor agropecuiario", aseguró.

De todas formas, Bolatti aclaró: "No venimos a defender a cualquier costa el uso indebido o no del glifosato, venimos a informar que el problema va más allá del producto en sí". Y le apuntó a las políticas nacionales para el sector: "Ya destruimos las industrias, destruimos la carne, estamos destruyendo el trigo y ahora a la soja".

En cuanto a la cantidad de glifosato que se utiliza hoy en la Argentina, Bolatti dijo: "Las dosis que se utilizan son variadas y también se utilizan otros productos. En los medios dicen que se usan 200 millones de litros por año, pero que se distribuyen en 20 millones de hectáreas. Ése es el producto más barato e inofensivo que tenemos".

Por su parte, Fargioni dijo que "la Cámara Argentina de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) pone en primer lugar de la lista de países que aprueban el uso del glifosato a Alemania, mientras que la diputada Saldaña dice que ahí está prohibido. No venimos a defender a ese producto, pero es necesario que se sepa que hay un organismo que regula su uso, como el Senasa y que para estar aprobado tiene que cumplir una serie de requisitos. Además hay organismos internacionales que aprueban el uso del glifosato".




No venimos a defender a cualquier costa el uso indebido o no del glifosato, venimos a informar que el problema va más allá del producto en sí", dijo Darío Bolatti


En cuanto a los riesgos que implica el glifosato para la salud, Bolatti explicó que lo que se vio en un programa de televisión (La Liga, en 2008), que mostraba los efectos que los agroquímicos tuvieron en un hombre que realizó trabajos de aspersiones aéreas "fue un accidente que tuvo por un mal manejo de los fitosanitarios".

"Cuando uno va en auto y choca, tiene un accidente, no por eso nadie tiene que ir en auto. En el país no hay menos de 60 o 70 mil personas, entre aéreos y terrestres trabajando en el tema y el 99 por ciento de esas personas no tiene problemas con los agroquímicos y estamos conviviendo con nuestras familias, con nuestros hijos. Si fuera verdad lo que se dice, estaríamos todos con problemas de salud o seríamos suicidas. No hay que desvirtuar las cosas. Se están formando ideas erróneas. Yo veía el programa de televisión y el chico ese me daba una lástima terrible porque tuvo un accidente con el agroquímico. Él se hizo la idea de que quedó así por el agroquímico y no es así, eso es una falacia terrible", aseguró.

—Sin embargo, el ministro de Salud de la provincia, Miguel Ángel Cappiello, salió a decir que los agroquímicos generan problemas en la salud de las personas.

—El ministro tiene razón y nosotros lo sabemos. Nosotros estamos conviviendo permanentemente con los fitosanitarios. Pero cuando uno va a las verdulerías, la calidad de los productos mejoró notablemente, en los últimos 10 años, por el uso de los fitosanitarios. No es casualidad que ahora las lechugas estén hermosas y que las manzanas sean más grandes. El buen uso del fitosanitario hace que la calidad de lo que estamos consumiendo sea cada vez mejor. Siempre y cuando respetemos las carencias (tiempo entre la aplicación del fitosanitario y la cosecha). En los países de Europa usan los mismos fitosanitarios que nosotros y dicen en sus normas que el producto que van a consumir tiene que tener equis cantidad por millón de resto de fitosanitario. Convivimos permanentemente con los agroquímicos. Lo que aplicamos en una hectárea de campo a cielo abierto durante tres años, es lo mismo que una aplicación de insecticida para mosquitos en una habitación cerrada. ¿Una cosa es tóxica y la otra no? Por eso queremos que se informe y que la gente entienda que el buen uso de los fitosanitarios es lo que nos mejora la calidad de vida. Además, como en el caso de la diputada Saldaña, siempre se plantea que un producto o se usa indiscriminadamente o no se usa, pero no tiene por qué ser así. Hay que usarlo como corresponde, no dejar de usarlo.




Nosotros, con los aviones, no estamos esparciendo más del cinco por ciento del glifosato a nivel nacional; el resto se hace en forma terrestre", aseguró Mauricio Fargioni


"Fargioni y yo somos socios de Greenpeace y aportamos todos los meses para que se cuide el medio ambiente. Hoy se están deforestando los montes, tenemos temperaturas elevadísimas en mayo y eso sí es gravísimo. No se puede desvirtuar todo por un problema que espero no sea político y que va a pasar dentro de un mes. Porque las únicas dos provincias que están tratando este tema (la prohibición del glifosato) son Santa Fe y Córdoba, las dos en las que está perdiendo el Gobierno Nacional, ¿no es una casualidad?", dijo Bolatti.

—También son las dos provincias donde más se siembra soja.
—No es así. Salta, Tucumán, Chaco y Santiago del Estero están todas con la soja.
—Pero la superficie plantada en Santa Fe y Córdoba es mayor que en esas provincias.
—Pero Santa Fe es más agrícola. El porcentaje de área cultivada con soja es más elevada en Tucumán o en Salta que acá. Porque acá, en el porcentaje de área cultivada, tenemos soja, maíz, alfalfa para todas las pasturas, cosa que en las provincias del norte no hay. Del ciento por ciento de superficie cultivada en Santa Fe, tal vez, el 70 por ciento es con soja. Pero en Salta se desmontaron unas 250 mil hectáreas en los últimos 10 años y eso es todo soja. Entonces, ¿dónde hay más incidencia? Eso la gente no lo sabe.

Las nuevas tecnologías

Por su parte, Fargioni describió los beneficios que trajeron los avances tecnológicos tanto en la producción agropecuaria como en la actividad de los servicios agroaéreos. "Si hoy tuviésemos la producción de trigo que teníamos en 1920, el que tendría el pan en la mesa sería alguien de mucho poder adquisitivo, no una persona de bajos recursos. Además tendría menor calidad y con más problemas por falta de tecnología. Porque el pan del año 20 estaba hecho con una harina de trigo que era de baja calidad ya que tenía micotoxinas que afectaban gravemente la salud. En esa época tenían un hongo que era un problema natural de la planta. Hoy tenemos un trigo de calidad cinco ceros, y eso está tratado. Hoy tiene mejor calidad, es más sano y más productivo para que llegue el alimento a la mesa de todos", dijo.

"La Argentina –continuó– tiene el rol en el mundo de ser la generadora de alimentos, no nos queda otra. La industria acá no existe. Hoy tenemos la producción, el turismo, pero el eje es la producción del campo.
"Hoy estamos para informar y que no se desvirtúe nuestra actividad. Nosotros estamos regidos por organismos gubernamentales. A nosotros nos controla la Fuerza Aérea, el Ministerio de la Producción, el Senasa, entre otros organismos gubernamentales. Desde que hacemos el curso de piloto privado, adquirimos las horas, tenemos la licencia, declaramos las pistas, inscribimos a la empresa, tenemos exámenes psicofísicos anuales, es una actividad muy profesional", dijo Fargioni.

El aeroaplicador agregó: "Nosotros con los aviones no estamos esparciendo más del cinco por ciento del glifosato a nivel nacional, el resto se hace en forma terrestre. Además, los equipos aéreos en la actualidad evolucionaron de una forma impresionante. Hoy una aeronave de uso agrícola tiene un banderillero satelital, ya no se usa más el banderillero humano, se usan equipos de gotas controladas, con lo que se llega al objetivo y nada más. No podemos improvisar, el productor exige calidad y eso se da aplicando bien el producto. En el 90 por ciento de las aplicaciones el producto no pasa del alambrado".


La actividad


Los aeroaplicadores dijeron que su trabajo excede las aspersiones de herbicidas y que en la sociedad se está formando una imagen negativa de ese servicio.

Desde los aviones también se puede sembrar, fertilizar y hasta prestar servicios como el control de incendios en zonas donde las dotaciones terrestres no pueden llegar.

También destacaron la precisión de la tecnología que hoy están utilizando.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario